El BGM75 se aleja de la forma “cuadrada” de un catamarán, gracias a la anchura reducida en favor de una relación entre manga y eslora más cercana a la de un monocasco. Esto permite conectar las superficies horizontales entre ambos cascos creando un único volumen, como si de un monocasco se tratara, pero con mayores espacios y la posibilidad de disponer de un camarote de armador de manga completa y extraordinarias dimensiones. También visto desde popa, el BGM75 no es comparable a los catamaranes tradicionales. ¿El resultado estético? Un monocasco elegante y equilibrado que “por cierto” tiene dos cascos.